Parece que el físico italiano Alessandro Volta no inventó la pila eléctrica hacia 1800. No obstante, en 1938, el arqueólogo alemán Wilhelm Köning encontró en unas ruinas de Kujut Rabua, cerca de Bagdad (Irak), unas extrañas vasijas de terracota con dos electrodos generadores de energía en su interior.
Su varilla de hierro, recubierta de plomo y alojada en una barra de cobre de 26mm de diámetro, sirvió para dar luz hace seis mil años. Cuando la vasija era rellenada con algún líquido ácido, es de suponer algún zumo o vinagre, producía energía eléctrica y en este caso luz en la muy primitiva bombilla.
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